Ya
estaba sentenciado. No había manera de que su suerte se revirtiera por lo que decidió
ir directamente hasta el final de su existencia. Tomo aire, lleno sus pulmones
y los libero con un suspiro largo y relajante. En ese instante dejaba salir, también,
todos sus miedos e indecisiones. Dio un paso adelante y avanzo con decisión.
Con firmeza. Miró el reloj rápidamente intentando registrar la hora exacta en
que todo seria antes y después. Sabía bien que desde ese segundo en adelante habría
dos realidades bien marcadas y definidas. Siguió paso a paso avanzando, los
miedos se convirtieron en nervios. No había dudas que ya no temía por lo que vendría,
no, estaba plagado de dudas y vacilaciones. Pero no de miedo. Sabía que el
miedo hace que un hombre retroceda y cometa errores garrafales. Él no podía,
simplemente no tenía opción, no podía fallar. Un paso más y el principio del
fin estarían en sus manos. Otro paso, cada vez falta menos y el cuerpo comienza
a evidenciar que los sentimientos que nacen en lo recóndito de su alma. Las manos
dejaron de temblar, los escalofríos se multiplicaban por miles, su espalda
comenzaba a relajarse pero sabiendo que no debía perder la firmeza. El pecho parecía
explotarle, sentía como si el corazón fuera a salirse de su cavidad para volar
por el cielo. La ansiedad lo estaba devorando. Dos, quizás tres pasos más y estaría.
Los pies caminan seguros, se apoyan sin temor, el futuro está al alcance de las
manos. Un último paso, y allí está. El fin del pasado, el principio del futuro.
La vida de su hijo mirándolo sin mirarlo, llorando casi hasta explotar. Cargando
su historia, y la de su primogénito, dejo de lado el mundo terrenal para
sentirlo en sus brazos. Sus ojos se llenaron de lágrimas, un lago de agua
salada, intentaba quebrarlo. El pequeño ya no llora. Sus ojos, todavía llorosos,
llegan a los del pequeño. Se ha consumado, su final ha llegado. En el mismo
momento que las dos miradas se alinearon comprendió que su vida ya no era suya,
que era de ese ser indefenso que sostenía con tanto cuidado. Sus decisiones futuras
ya no serian suyas, serian del recién llegado y los que vengan tras de Él.
Hermoso. Espero q no abandones el blog.Segui escribiendo
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