Y bueno, ya van
a inventar otra. Otra idea, otro sueño, otro proyecto que los motive a alcanzar
nuevas metas. Ya habrá tiempo para inventar nuevos desafíos, de armar y
desarmar nuevas victorias. Ya volverán los tiempos de revancha donde todo sea
fácil y, las dificultades hayan pasado a la columna de la experiencia, del
éxito. Ya van a poder alzarse nuevamente, una y otra vez, con el júbilo que
provoca tener paz en el alma. Ya volverán los tiempos de regocijo y algarabía
generalizada donde las penas quedan enterradas tan abajo que cuesta recordar la
última vez que salieron a la luz.
Si no vuelven,
si se complica la posibilidad de soñar para barajar y dar de nuevo, siempre
queda la posibilidad de detener la marcha y replantear el rumbo. De alzar la
mirada al horizonte buscando el sol, ese sol que nos descubra como románticos
seres en busca de una ilusión. Si las nubes son mayoría, hay que disfrutar la
lluvia, con ella saciar la sed y ahogar los sufrimientos. Mas tarde, cuando
vuelva la luz, el invento volverá a estar mas cerca.
El tiempo no
tendrá sentido, no será valorizado mas que como referencia. No como condena a
las interminables esperas que desesperan. No. Solo servirá para que los relojes
tengan una utilidad. Así que es cuestión de ir en busca de esa quimera perdida.
De volver a empezar. De no rendirse a las circunstancias y hacer el camino a la
propia manera. Y sino, ya van a inventar otra. Otra salida a la encrucijada que
hay en frente. No hay que preocuparse, ya van a inventar otra idea, otro sueño,
otro proyecto.