Nos han
vencido, nos han doblegado,
las costumbres
y los hábitos han desaparecido.
Nos han
borrado y sometido
a las
tradiciones ajenas.
Nos han
impuesto las creencias de otros,
creencias
que nos alejan del origen
que nos
separa del sentido y la razón.
Nos han
vencido, nos hemos doblegado
a subsistir
y asistir a un espectáculo comercial,
a presenciar
una festividad poco sincera
pero cargada
de estadísticas y promociones metálicas,
plagada de
ofertas sin corazón,
desbordadas
de deudas y falsas promesas.
Nos han
vencido, hemos sido usurpados por la materialidad
lejos de
la necesidad y cerca del derroche innecesario,
distante
del nacimiento que da origen al sacrificio
pero más
de acuerdo con un pintoresco señor que reparte moños.
Nos han
vencido, nos han doblegado
los tiempos
y las generaciones que llegan sin saber la verdad,
comprando
un presente que nada se parece al que es.
Nos han
vencido, nos han doblegado
por un
poco de dinero,
por un
poco de festejo
y olvidamos
en la mesa el verdadero festejo,
la razón
de estar reunidos,
la familia
completa.
Nos han
vencido, nos ha doblegado
el capitalismo
consumista
pero,
todavía seguimos
festejando
que la
familia siga viniendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario