En el medio de la nada el
todo parece imponente y único. En el medio de tanta soledad, el olvido es,
apenas, una compañía agradable. Las palabras retumban y hacen un eco mayor
cuando es una sola la voz que clama. Incluso los pensamientos retumban entre
las paredes desoladas. La música reposa esperando llegar. O volver. Pero
esperando a que llegue el tiempo de volver a reinar en el éter.
En medio del aburrimiento,
la diversión parece enemiga del presente. Fue públicamente declarada
aguafiestas y apática. Privada de poder compartir regocijo y algarabía, la alegría,
parece haberse mudado. Las sonrisas frustradas fueron suficiente motivo para
abandonar el paraje.
En medio de tanto desinterés,
el fanatismo está sentenciado por algún remedio capaz de curar las pasiones. Aquí
la cura es la memoria y la fantasía solo una promesa de los cuentos de hadas. No
queda espacio para que todos puedan abordar, la nada es absoluta y lapidaria
con los intentos de usurpación.
Aquí, en medio de mucha
nada, todo es poco. O nada. No alcanza para cubrir las deudas contraídas, ni
siquiera. Los impares se han convertido en pares, las restas suman y las
divisiones multiplican. Aquí, en medio de esta tierra, nada es como se esperaba
y todo es una desagradable sorpresa. Aquí nada es como todos y ninguno es como
nada.
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