viernes, 6 de abril de 2012

Los años nos han cambiado


Lo extraño de estar lejos de un sitio es la necesidad de volver a pisarlo, de sentir aquellos rincones donde hace tanto no se podía estar como necesarios e importantes. Volver a estar en esos lugares hace que pueda disfrutar el tiempo que pasó y el que vendrá. La distancia no hace más que prometer abrazos y reencuentros con cada retorno. Con cada nuevo descubrimiento que todo está tal cual lo recordábamos, que todo sigue intacto a pesar de los años.  
Pueden pasar siglos sin ver de frente a la vieja esquina que tantas veces cruzamos sin mirar pero, aquella nueva primera vez, hará que ésta sea increíblemente única y espectacular. Sus colores gastados parecerán brillantes, sus paredes raídas deslumbraran de pomposidad. No habrá manera de comparar algo que supo ser una imagen en la mente con el hecho tangible y palpable de poder deleitarme frente a ese lugar. Siempre es mejor lo que se encuentra a lo que se esperaba. Aunque haya veces que esto sea al revés. Aquí nada es como tiene que ser.
Lo extraño de estar lejos hace que uno tenga asegurada la vuelta. Si embargo, los años serán los que decidan cuando sea el momento de volver. Mientras mas pasen, mayor será la sensación de reencuentro con el que fuimos el día que partimos con la promesa de volver. Pero, no siempre todo está como lo dejamos o lo esperábamos encontrar. Muchas veces el tiempo hizo su justicia y construyó realidades impensadas. Hizo lo que debía ser, simplemente, la vida siguió, como debe ser. Y aunque no se note, o si, ese lugar y yo, ya no somos los mismos, los años nos han cambiado.

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