domingo, 19 de febrero de 2012

Palabras urgentes


¿Cuál es el punto de partida de una idea? ¿De dónde surge esa idea que luego pasa a ser un texto, un cuento o una poesía? ¿Tiene un origen tangible, real o es simplemente la locura que transita momentáneamente la cabeza del que está a punto de dar letras a esos pensamientos?
Quizás no exista una sola razón para dar un principio a todo lo que luego es una conjunción de oraciones, estrofas, versos, párrafos. Tal vez la manera en que aparecen en mi las palabras no sea igual en los demás pero, creo que coincidimos todos, en la necesidad imperiosa de ponernos en marcha en la búsqueda de una línea que nos permita bajar todo ese conjunto a lo que luego será el texto mismo. Esa creación pasará a ser una liberación del bagaje que venimos cargando, consciente o inconscientemente, en nuestro ser. Por eso la urgencia de escribir, de dar libertad a la locura y así, crear algo que puede ser desde racional hasta absurdamente genial. Pero ¿de donde viene eso? ¿Qué mueve las manos a la hora de escribir? ¿Por qué una vez que empezamos no hay manera de detenernos? ¿De eso se trata escribir? Quizás mi delirio por las letras vaya por ese lado, por ese camino, de descargar el peso emocional y físico que genera un pensamiento que es mayor a uno mismo pero insignificante a lo que puede venir luego. Porque la vida es una obra en constante creación donde estamos superando, constantemente, nuestras mejores obras. Con la escritura, para mi, es así, siempre está llegando una mejor. Quizás ésta sea la de hoy. Pero mañana habrá una mejor.

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