sábado, 25 de febrero de 2012

Números

Al final de cuentas, no somos más que números. Los que nos cuentan nos dicen que somos un porcentaje dentro de otro. Una porción de un total. No sabemos si los excluidos o los seleccionados. Ya estamos discriminando y dividiendo. Para el gobierno, el gran estadista y regente de ellos, estamos dentro del porcentaje de población que trabaja, estudia o, simplemente, no hace nada. El éxito y el fracaso, también, se miden con gráficos de barras o de líneas. Cualquier diagrama es suficiente para dar muestra de los buenos, o malos, números. Desde los hechos afortunados hasta las catástrofes, siempre somos una cifra. Incluso la manera de identificarnos. El número del documento que es único y nos diferencia del resto de los compatriotas nos marca el hecho que vengo resaltando desde el principio. No somos solo un nombre y un apellido, también somos un número. O el azar de hacernos millonarios acertando la lotería. Todo es un número.
Desgraciadamente, no podemos despegarnos de la perfección de las cantidades donde las estadísticas consideradas bajas, como el desempleo y la mortalidad infantil, son aceptadas y vivadas. Porque, por ejemplo, un cinco por ciento sobre un total de cien es, prácticamente, nada. Esto, llevado a la magnitud de un país entero, mucho menos. Pero, si pensamos en esos cinco de cada cien, veremos que ellos son el cien de los cinco. Son los que viven dentro de esa porción selecta que de agradable tiene poco, o nada. Para ellos, incluidos en ese nefasto grupo, es muy importante, y triste, estar ahí. Entonces, para unos es poco, para otros es mucho. Es aquí donde la frialdad e insensibilidad de una cifra demuestra que es más fácil poner en un grafico una realidad que salir y enfrentarla, cambiarla. Así que, al final de cuentas, siempre somos mas para menos para luego terminar igual. Un número, un porcentaje o, mucho mejor, una persona que siente, que sufre, que vive a pesar de porcentajes, estadísticas y realidades de cuadros sinópticos. Que sobrevive a pesar de ser la inmensa mayoría incluida. O excluida.

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