viernes, 17 de febrero de 2012

Cerca


Que cerca se sintió. Que extraña la sensación de ver pasar el final del camino tan cerca. Todavía siento el escalofrío que corre por mi espalda, las manos sudadas y las piernas casi doblegadas por los nervios. Que inoportuna fue su llegada. Que tardía fue mi salida. ¿Podría haber evitado ese destino? ¿Había escapatoria?
Todavía siento como mis huesos vibran, mi piel tensarse como esperando el embate. Pero, que cerca que vi pasar el precipicio. Como si hubiera una curva repentina en medio de una larga bajada. Fue asomarse del otro lado del tapial a espiar que hay. Un tímido ojeo al frente que asegura una espera, o un paredón más grande. Esta vez el destino puso la balanza de este lado. La próxima, ¿Será igual? ¿Fue la suerte? ¿El destino? ¿El Barba? No se. Hoy puedo escribirlo y, tal vez, mañana contarlo. Ojala no haya próxima y este sea mi única experiencia frente al frío y punzante cañón de un revolver.

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