Casi han
sido veinte los días desde que la luz comenzó a brillar más alto, más lejos, más
cerca. Los días pasan y la voz no se apaga. Son los primeros y los más duros, los
más largos.
Casi han
sido veinte los días desde que el escenario se hizo gigante y las luces perpetuas,
donde, tal vez, la función no acabe nunca. Son complicados los encuentros con
los viejos acordes, hoy inmortales, mañana testimonio de genialidad. Pero
reconforta saber que ahí estás, brillando sin cesar.
Casi han
sido veinte los días desde el primero que empezamos a notar que la realidad es
cruel y los ídolos también sufren, como uno. Aquel día descubrimos que eras de
carne y no de barro. Abrimos los ojos para ver lo que nunca esperamos, lo que, inconscientemente,
jamás quisimos.
Casi han
sido veinte los días desde que te convertiste en viento y la poesía vuela con
vos. Ya no hay fronteras que no puedas cruzar, tiempo que pueda detenerte, como
un abrazo en el aire siempre estas llegando. Ahora, con la inmensidad del
renacer diario, habrá un poco de vos, un poco de magia, en el sol que abraza al
ancho río.
Casi han
sido veinte los días desde que chocamos con la tierra y entendimos que el espectáculo
se está armando entre nubes, con el Barba como director de semejante orquesta. Hace
casi veinte días que no paras de resucitar. Desde Almendra hasta Las Bandas
eternas, desde el pibe hasta la leyendo, día a día, sin parar.
MUY MUY BUENO!!!
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