sábado, 7 de enero de 2012

Bajando letras

Algunas veces, cuando estaba desorientado, no sabía qué escribir. No tenia una idea clara sobre qué era lo que quería contarle al universo y sus estrellas. Entonces, escribía un poco y, luego de un par de renglones, lo desechaba por completo. Volvía a empezar y el resultado era idéntico. Un verdadero fiasco para mis deseos de bajar al papel las letras que andaban volando. Nada más que en este caso, estas letras parecían halcones en lugar de dóciles canarios dispuestos a que podamos disfrutarlos. Se tornó una “cacería” implacable en la que siempre ellas ganaban. Pero, encontré mi herramienta, mi arma para salir a dar batalla. Fue de casualidad, andando, pisando las calles entendí que las palabras, las que buscaba estaban en las paredes del barrio, en los caminos que la ciudad presenta, en la mirada de los transeúntes, en mi manera de andar entre ellos. Hoy sigo lanzado a la búsqueda, todavía me encuentro con pájaros difíciles de atrapar pero, más tarde que temprano, caerán.

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