sábado, 7 de septiembre de 2013

Una foto

Esperaron ansiosos esos días. Los almanaques de sus habitaciones tenían muchas cruces y un solo círculo, sobre el 14 de enero. Era la fecha señalada para la salida al Caribe. Cuba era la playa elegida por Martin, Víctor y Tomás. Eran inseparables, tanto que desde pequeños se escapaban de sus casas para reunirse en el campito donde se “vestían” de futbolistas para emular las grandes proezas de sus ídolos futbolísticos como Kempes, Ardiles o Houseman. Eran especialistas en enloquecer a sus padres y madres cuando algo se les metía en la cabeza. “La Banda”, así  se llamaban, no paraba cuando quería algo.
El día había llegado y los bolsos estaban armados hacia varios. No les faltaba nada. Martin, el detallista y meticuloso, había puesto todo lo necesario para bucear e incluso para armar algún “picadito” en la arena. Los demás dejaron todo en sus manos. Víctor era el fotógrafo del grupo. Llevaba siempre encima la Polaroid que le habían regalado en la Navidad del 77. Todo quedaba registrado a través del lente de la vieja cámara. Tomás, pura espontaneidad e improvisación, su única preocupación era la historia por lo que, lo único que no iba a faltarle eran libros biográficos e históricos.
Aquel atardecer del viernes marcado en el calendario amaneció esplendido y culminaba de igual forma como para enmarcar la salida del grupo. Los tres salieron de la puerta del edificio del aeropuerto y, como si la oscuridad los escupiera, fueron apareciendo uno a uno en la plataforma para enfilar al avión. Los muchachos revelaban una alegría que era evidente en los efusivos saludos hacia los que fueron a despedirlos.

Cuando llegaron a las escalinatas, antes de subir, Víctor tomó su Polaroid y le pidió a otro pasajero que les tomara una fotografía. “La Banda” abrazada y sonriente quedo tallada en esa instantánea. En ese papel quedó la última sonrisa registrada de los muchachos que corrían en los baldíos del barrio y enloquecían a los vecinos. Fue lo único que apareció intacto luego de que el Boing de Cubana se estrellara en plena carrera de despegue y consumiera en sus fuegos las esperanzas de estos pibes que ya no volverán.

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