jueves, 6 de septiembre de 2012

La esencia del paraguas



La esencia del paraguas es, fundamentalmente, negarnos la sensación del abrazo espontáneo y constante que produce la lluvia. Alejarnos de esa impresión, de ese beso helado que cae en cada centímetro del cuerpo mientras, el resto de los que andan, corren para evitarlo. No es solo un instrumento que genera un límite entre el deseo de las gotas de posarse en nosotros y los de abajo que se esconden, es una barrera infranqueable y capaz de amargar al portador. Ninguna persona que lleva un paraguas en su mano, por más colorido y gracioso que sea, es capaz de sonreír. Ninguno. Todos de cara larga, casi arrastrando el agua que se acumula en las veredas y midiendo que el saco o la campera estén impecables. Ellos, que lo niegan, se pierden semejante espectáculo gratuito y abundante en estos últimos días.
La esencia del paraguas es, sin dudas, alejar las sonrisas, apurar a los que caminan, acumular automóviles y plagar de desconsiderados portadores de este arma que van ocupando los “techitos” que dan refugio a los que no le temen a la lluvia. Es paradójico, como los vendedores que mas se mojan son los que mas venden. Aunque dure dos días, o una hora, hay que comprar uno. Deja de ser milagroso al encontrar miles de puestos con un solo producto: paraguas. ¿Tendrán un stock acumulado para salir a inundar las esquinas? ¿Harán danzas que atraigan la lluvia para recaudar más? ¿Qué harán? Hoy, en estas horas de diluvio absoluto, el paraguas ha pasado a ser más importante que el celular o cualquier otro objeto vital.
Sin rodeos ni mayores explicaciones, la esencia del paraguas es,  definitivamente, la de alejarnos mas y mas de la naturaleza y sus dones tan preciados. De ponernos más distancia de lo que creemos del que camina a nuestro lado porque, aunque no lo crea, ya ni miramos ni tenemos consciencia si el que se está mojando lo hace feliz o no. El paraguas no solo divide a los secos y a los mojados. También lo hace de los que disfrutan la lluvia como del sol porque, sin lugar a dudas, esto también va a pasar y el agua, en algún instante, también dejará de caer. Algunos lo entienden otros, no.

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