jueves, 16 de agosto de 2012

¿Esto fue todo?


¿Así que esto fue todo?
¿Hasta aquí hemos llegado?
¿Este es el punto donde ir o venir no importa?
¿Dónde vamos con un rumbo perdido?
¿Perdidos? ¿Ausentes? ¿Desaparecidos?
Hemos de cruzar este punto para no volver atrás,
¿o para creer que volveremos a este instante?
El instante, ese, que hizo del sol el dueño del cielo,
es el mismo que le regalo las noches a la luna,
es el mismo que te puso a un mundo de distancia
que te regalo esa sonrisa,
que te dio esos ojos,
esa boca maldita.
Ese instante en el que la luz y las sombras desaparecen,
ese momento en que el tiempo se detiene
donde este trance eterno que no se desvanece,
te hace más irresistible,
más inalcanzable,
menos terrenal,
más angelical ¿o infernal? 
¿Así que… esto fue todo?
¿Nada más? ¿Nada menos?
¿Nunca más? ¿Quizás?
¿Hasta cuándo? ¿Hasta dónde?
El vacío hará suyo los rincones y no habrá vuelta atrás,
habrá una coincidencia,  otra más,
algún día, alguna noche,
quizás.

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