martes, 21 de febrero de 2012

Aturdidos los oídos...


Aturdidos los oídos y abrumados los pensamientos
en este encierro interminable
en esta búsqueda implacable.
Ni música ni ruido,
solo el silencio atroz que puebla los rincones,
que ocupa los espacios.
Aturdidos los oídos y agolpadas las sensaciones
van marchando sin cansancio la espera
las ansias de dar con el destino
de encontrar las razones
de justificar los traspiés
o maldecir con fervor los errores.

Ahogados en lágrimas seguimos andando
para encontrar un pañuelo que nos seque las sal de los ojos
para encontrar una excusa o un motivo para reír
para volver
para seguir.
Aturdidos los oídos y el cuerpo cansado
de marchar por marchar
esperando que llegue aquello que nunca llegará,
buscando lo que nunca va a aparecer.
Cansados y rendidos
quedan aquellos que no siguen
que solo esperan y no van en busca de lo que necesitan.
Aturdidos los oídos y abrumados los pensamientos
me quedan al leer las líneas de tanta pereza
de tanta energía negativa
de tanta espera de los milagros que nunca van a ser
porque nunca pelearon porque fueran.
Porque nunca salieron a buscar un nuevo amanecer.

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