jueves, 9 de febrero de 2012

Nos volveremos a ver...

Se apaga una luz pero se enciende una estrella. Se calla una voz pero se multiplica el eco de su canto. Se alza con grandeza, la que siempre caracterizó a este Flaco. Un tipo que hizo historia. Un tipo que es leyenda y, como tal, nunca muere. Podrán poner toneladas de tierra encima, sellar su cuerpo, pero nunca detendrán lo que hizo a lo largo del camino que anduvo.
"Nada se pierde, todo se transforma" dice otro grande y aquí, sólo hemos cambiado un hombre por un alma de diamante con ojos de papel. El Flaco no está más en carne y me duele. El Flaco descansa, y se lo merece. Por los éxitos, por la lucha, por la magia, por el arte que sembró, por su grandeza.
Es inútil homenajear con letras a quien dio melodía a la poesía, al que dibujó amaneceres con su guitarra y su voz. A él, que con su pluma exquisita y única marcó una era.
El Flaco se va a tocar con los grandes que también se adelantaron, a componer con los Dioses, a deleitar a las musas que alguna vez lo enloquecieron a él. Una despedida que se convierte en un hasta luego, un saludo esperanzado donde deposito mis lágrimas. Una promesa de volvernos a ver cada vez que la púa vibre al son de tu música. Chau Luis Alberto, nos volveremos a ver...

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