Vivimos en una sociedad de mierda, si, así y
sin demasiadas vueltas. Es una sociedad de mierda. Lo digo y lo vuelvo afirmar
mil veces más. Porque estamos librados a nuestra suerte de que no nos pase nada
y, si nos pasa, a tratar de sortearlo con la mayor holgura posible para que el
daño no sea tan grave. No solo es inseguridad, no. Hay insensibles y asesinos
que castigan animales, maltratan a los viejos y abandonan a pibes recién nacidos.
¿No es eso una sociedad de mierda? No tengo dudas que si. La basura diaria, la
escoria que camina por las calles ya no distingue clases sociales, todos somos
potenciales victimas o victimarios. Al necesitado le damos la espalda y,
mientras mas lejos los problemas mejor.
Vivimos en una sociedad de mierda que lo único que
mejora son las quejas y los comentarios por lo bajo pero ninguno se pone el
overol para ver de que manera hacer algo para cambiar la realidad. Y, los que
lo hacen, corren el riesgo de ser señalados como que quieren “prenderse del
queso”, en el mejor de los casos. Y, el peor, que buscan beneficiarse con algo.
Es lamentable. La solidaridad y el deseo de un futuro, ya no mejor, un futuro,
es considerada como una oportunidad de sumar capital monetario y no de sumar
valores a esta población de deficiente memoria.
Vivimos en una sociedad de mierda porque
hacemos la vista gorda, y no nos importa, cuando las balas pican cerca. Mientras
siga siendo así podremos descansar, no hay motivos para pensar que la suerte
puede cambiar. Y si cambia, disparamos a los cuatro vientos buscando
responsables sin asumir ni un poquito de la culpa. Porque, te cuento, estamos así
por tu culpa, por mi culpa. Porque la comodidad del sofá es tanta que mientras
no nos lo quiten no haremos reclamo alguno. Asumir la responsabilidad para
luego buscar responsables es la mejor manera de entender que todo parte de casa
y luego hacia arriba. Ayuda al que hace y no jodas si no queres sumar, de nada
sirve poner otro palo en la rueda. Ya hay suficientes.
Vivimos en una sociedad de mierda, es
indiscutible. Estamos superpoblando grandes ciudades que cada día están más
parecidas a los pozos cloacales. Los soretes y las cagadas ya no taparon. Así que,
aprontate y espera a que te toque porque, en cualquier momento, vamos estar
ahogados entre toda la mierda que estamos generando. Vos, yo y los que tengan
que nacer.